La cuenta atrás para el día D y la hora H de las comidas familiares ha comenzado. El tiempo corre inexorable hacia la cena de Nochebuena y la comida de Navidad. Sabes que no puedes hacer nada por evitarlo así que lo mejor es ponerse cómod@ y disfrutar del momento.
Está claro que nosotros no podemos encargarnos de la decoración navideña kitsch de la casa de tu madre, ni del más que probable “lucerío” desplegado que te obligará a entrar al salón con gafas de sol. Disfrútalo como puedas! Es Navidad, seguro que le encontrarás el punto.
Sabemos que necesitarás ayuda, por eso lo que podemos hacer es recomendarte un buen Menú de Nochebuena y Navidad, o que se lo pases a tu madre, a tu cuñado o al que organice las cenas y las comidas de Navidad de este año, una mano nunca viene mal en estos casos. En las celebraciones familiares de Navidad se está más expuesto a la crítica que en un foro romano (y te lo recordarán los 364 días del año restantes) así que debemos acertar con los menús navideños.
Adelantarse a los acontecimientos es la clave para que todo fluya. Tener todo listo antes de que lleguen tod@s e invadan la cocina con su postre único, con el aperitivo definitivo, con su receta de Navidad secreta o con su recomendación para doblar las servilletas en forma de cisne. Adelantémonos pues:
¿Qué vas a encontrar en este post?
PONER LA MESA EN NAVIDAD. ELEGIR MANTEL, VASOS, COPAS, PLATOS…
El centro de flores gigante rojo podía venirnos bien cuando no nos apetecía ver al primo que nadie quería que le tocase enfrente porque no te deja ni comer ni hablar, pero sólo para eso así que olvidémoslo. Hemos dicho que este año todo irá genial, y un entorno tranquilo, sólo con lo necesario, sin excesos, y con un toque distinto puede convertir a tu mesa en “la historia más recordada las próximas veinte navidades” cuando lleguen las sobremesas del 2021 en adelante.
No por muchas copas que se vayan a derramar (que se van a derramar) tienes que dejar de vestir la mesa con un mantel en condiciones. Nuestra recomendación, el lino triunfa. En cuanto a los vasos y las copas, cruzar los dedos quizá no sea suficiente para que no se rompan (millenials más pendientes del móvil, tíos que las disponen en formación para ilustrar una historia que ya nos sabemos de memoria, primas que te quieren servir un poco más de vino desde el otro extremo de la mesa…).
Aquí tú eliges, cristalerías de diseño para todo los perfiles. Y por último los cubiertos, los platos y las fuentes para servir lo que vendrá a continuación. Piensa que todo suma, el “envoltorio” y las “herramientas” lo complementan todo.
APERITIVOS Y ENTRANTES PARA NOCHEBUENA Y NAVIDAD. LA LÍNEA DE SALIDA.
Aquí muchas veces surge la duda cuando entras al salón: “¿empezamos ya?, ¿eso que está en la mesa se puede comer?, ¿me verán si pruebo esto?” Evítales este momento de estrés navideño (a algunos, otros pasarán al ataque sin contemplación) y todo lo que pongas, que se lo puedan comer cuando les apetezca. Además nos dejarán tranquil@s en los fogones.
Los foies y patés que no falten, y si les pones al lado unas confituras ni os contamos como irá eso. La bandejita de bacalao y salmón ahumado es otro clásico. Siguiente parada, la sempiterna tabla de ibéricos: jamón, fuet, chorizo etc… Todas fáciles de preparar.
Y aunque seguro que te grangearás la mirada de reproche de alguno que se quedó en el Pleistoceno, y que no sabe que las conservas son ahora un auténtico alucine, atrévete a abrir unas latas de mejillones, de berberechos o de ventresca en aceite de oliva acompañada de pimientos del piquillo y haz que cambie de opinión.
Advertencia, conviene no olvidarse de los perfiles “alma de la fiesta”, que exigirán un cóctel ya para arrancar. No les niegues nada, se lo merecen, piensa en la mezcla: vodka, ginebra o champagne en su justa medida aplacará su sed hasta el postre.
EL PLATO PRINCIPAL DEL MENÚ DE NAVIDAD. LA PRUEBA DE FUEGO
“Pero, ¿todavía más comida?” Desconfía de l@s que te digan esto porque serán los más exigentes y los que más comerán, tenlo por seguro. Este momento, el plato fuerte del menú navideño, es el momento álgido de la celebración navideña.
Y tú sudando la gota gorda buscando la piedra filosofal para conseguir callar bocas con tu platazo. Te damos dos opciones dependiendo de tus habilidades en los fogones: la primera, especialmente indicada para maestr@s del engaño, fans de las recetas fáciles, aquellos que no cocinan pero quieren plantar en la mesa un platazo memorable y dejar ojipláticos a los que no daban un duro por ti. No hay nada tan fácil y rápido y tan lleno de sabor.
Puedes elegir, decantarte por un lechazo auténtico (el clásico e infalible cordero asado en su versión más tierna), presentarles un cochinillo asado que ni en Segovia lo habrán comido mejor (el nuestro, es que se ha cocinado allí), la pularda rellena que encantará a sus fans (que son muchos), o incluso un pato asado super crujiente. Todo esto sin tocar la cocina, sólo 20 minutos al horno y venga, a la mesa. Receta sencilla: Calentar y servir.
La segunda es para los que ya tienen su receta navideña, que disfrutan pasando horas en la cocina y que miman hasta el último detalle. Como ya tenéis la fórmula, nosotros os damos la mejor materia prima: en su versión fresca también tenemos cordero lechal, añadimos una pieza de roast beef de ternera increíble y desde ahora, pularda fresca y galo celta, (ambos con su certificación ecológica). Con cualquiera de las opciones, tu plato será de lo más apetecible.
DULCES DE NAVIDAD. EL POSTRE INTERMINABLE
Aquí tienes un problema, se sabe cuando empieza pero no cuando termina, posiblemente en Febrero, ya que se quedan ahí, siempre. Los dulces navideños nunca se acaban, siempre hay más, obligándote a posponer al menos un mes el propósito de Año Nuevo de siempre porque “es por no tirarlos”.
Los dulces de Navidad son el talón de Aquiles de cualquiera, hay tal variedad que siempre te gustará alguno: turrón de Jijona, turrón de yema, turrón de guirlache, turrón a la piedra, panettones, figuritas de mazapán, frutas de Aragón… ¿quién dijo miedo? Échale valor, no te cortes o te arrepentirás cuando no los tengas a mano.
VINO, CHAMPAGNE, CAVA. COPAS LLENAS, POR FAVOR
Que si retrogusto a no sé que, que si notas florales, que si afrutado, el punto de acidez, que si se nota el roble de la barrica… Puede que sea verdad pero la elección del vino y su posterior cata en la mesa, es el medio en el que mejor se desenvuelven algunos familiares que quieren dejar muy claro todo lo que saben después de la ruta que se han hecho este año por la ribera del Miño o por la cuenca del Duero.
Nuestro consejo, déjales que hablen y cúbrete las espaldas con los mejores vinos blancos y tintos. Tienes aquí las mejores bodegas y un montón de Denominaciones de Origen, no habrá quien te tosa 😉
En cuanto a los espumosos, cava o champagne, cuestión de gustos, que nadie te amargue el brindis, los dos tienen burbujas y están espectaculares a la hora de alzar la copa.
Y hasta aquí, que no es poco, hemos abierto en canal y diseccionado tu futuro más inmediato. No puedes escaparte de los menús de Navidad, así que elige bien y disfrútalo, que lo harás. Al final, estar con la familia, es una suerte. ¡Feliz Navidad!