Cómo limpiar y preparar alcachofas

Cómo limpiar alcachofas paso a paso

Pese a su apariencia robusta, la alcachofa es un vegetal que se oxida bastante rápido. Por eso es muy importante limpiar las alcachofas; es sencillo, pero de no hacerlo correctamente éstas se pondrán negras. Además, cuenta con una serie de pétalos duros que debemos retirar para disfrutar de su tierno interior.

La alcachofa es una verdura de temporada realmente completa, con numerosas propiedades beneficiosas para el organismo, ya que ayuda a evitar la retención de líquidos, muy bajo en calorías y alto en fibra. Además, contiene fósforo, hierro, magnesio, calcio y potasio así como diversas vitaminas, entre las que destacan la vitamina B1, la vitamina C y la niacina. 

Con una forma muy característica, similar a un conjunto de hojas en forma de escamas superpuestas, unas sobre las otras, la alcachofa es, en realidad, la flor -no madura- de la alcachofera. Todo apunta a que fue durante la Edad Media cuando se fue introduciendo en Italia y España.

Existen numerosas variedades de la alcachofa, siendo la de Tudela la más conocida y apreciada en nuestro país, debido a su gran calidad. La alcachofa blanca de Tudela se caracteriza por su forma redondeada, ligeramente elipsoidal y con un orificio en medio, ya que las hojas no llegan a juntarse para cerrar la cabezuela.

Alcachofa de Tudela IGP

El tallo suele medir entre 15 y 20 cm., no tiene vilanos -esa especie de pelos- en su interior y destaca por ser muy tierna. Cuenta además con una textura sabrosa y con el punto de amargor característico de esta joya de la huerta de Tudela. 

Con un cultivo protegido y una recolección manual, la Alcachofa de Tudela cuenta con la certificación “Indicación Geográfica Protegida” (IGP), el más alto nivel de reconocimiento europeo dentro de las Denominaciones de Productos de Calidad. Por todo lo anterior, hablamos de la alcachofa de mayor valor gastronómico, es decir, de la reina de las alcachofas. 

Esta primavera, desde Petra Mora queremos que descubras y disfrutes este vegetal tan especial, por eso incorporamos a nuestros productos estacionales las alcachofas blancas de Tudela: alcachofas frescas de primera calidad que no deben faltar en una dieta equilibrada basada en productos de temporada. En este artículo queremos enseñarte a manipular este maravilloso vegetal paso a paso.

Como comentábamos, lo primero será limpiar las alcachofas. Con ello evitaremos, además de que se oscurezcan y se pongan negras, que se potencie ligeramente su amargor. 

Cómo limpiar las alcachofas para que no se pongan negras 

Lo cierto es que es posible evitar que las alcachofas se oxiden de muchas maneras. En esta ocasión, nosotros nos quedaremos con un truco de cocina muy sencillo que nos ayudará a que no se pongan negras las alcachofas.

Lo ideal es utilizar guantes, pues la sustancia que oscurece las alcachofas hasta ponerlas negras tendrá el mismo efecto en nuestra piel. Así que, si no quieres quedarte con las manos ennegrecidas durante algún tiempo… Guantes. En caso de que prefieras no utilizarlos y optes por mancharte las manos, aquí va un truco: un poquito de limón, y a frotar.

Para el proceso de limpieza necesitaremos un bol grande, o una cazuela. Llenamos el recipiente de agua fría, incorporamos unas ramas rotas de perejil fresco, y añadimos medio limón

Alcachofa cortada a la mitad

Cómo cortar alcachofas 

Para seguir con el proceso de limpieza, necesitaremos una puntilla de cocina. Es decir, un cuchillo pequeño, ligero y manejable con una punta muy aguda que nos ayudará a manipular el vegetal. Iremos paso a paso. 

  1. Sujetamos la alcachofa firmemente y vamos tirando de las hojas externas, más verdes y duras, hacia abajo; iremos ‘desflorando’ la alcachofa con cuidado. Este proceso lo repetiremos con todas las capas de hojas más duras que tenga la alcachofa -ya que si conservamos los pétalos duros, después al masticarlos resultará desagradable, demasiado fibroso y recio-. A la hora de pelar las alcachofas, es mejor eliminar una hoja de más que una de menos
  2. Para comprobar si hemos llegado a los pétalos tiernos, probaremos a doblarlos por la mitad; si se rompen, la hoja es más tierna, no debemos eliminarla. 
  3. Una vez retiradas todas las hojas duras, es hora de pasar al tallo. Cortamos el tallo, a unos 3 o 4 cm desde el fruto -corazón de la alcachofa-, dejando solamente el corazón más blanquecino del mismo. Para ello sólo tendremos que pelar la parte exterior más amarga y fibrosa.
  4. Repasamos con la puntilla la base de la alcachofa, perfilando y redondeando lo más estéticamente posible. Podemos ayudarnos de la puntilla para redondear la base de la alcachofa ya limpia

Ya casi está, repasemos. Tenemos, por un lado, nuestras alcachofas ya cortadas, y por otro, nuestro bol con agua, perejil y limón. Bien, ahora tenemos que darnos prisa, pues recordemos que las alcachofas se oxidan al contacto con el aire con excesiva facilidad. Así que, para que no se oxiden las alcachofas y conserven su color verde, las sumergiremos una a una en el recipiente con perejil y limón. 

¡Y listo! ¡Ya tenemos nuestras alcachofas limpitas! ¿Seguimos con el proceso? Ya no queda nada para saborearlas. Veamos ahora cómo prepararlas.

Cómo preparar alcachofas 

  1. Pondremos a hervir una cazuela grande, con agua y sal. 
  2. Cuando comience el hervor, incorporamos nuestras alcachofas limpias, y las dejaremos en el agua hirviendo a fuego suave durante 10-15 minutos. 
  3. Comprobaremos si están listas pinchando la base de las alcachofas con una puntilla, así podremos comprobar si están tiernas. 
  4. Una vez cocidas las alcachofas, las retiramos y las colocamos boca abajo, para que escurran el exceso de agua. 

¡Y ya las tenemos! Lo cierto es que las alcachofas son un manjar que permiten muchísimos y muy diversos trucos de preparación, pues a partir de aquí podemos freírlas, guisarlas, únicamente aliñarlas, incorporarlas a ensaladas, menestras… Incluso pueden disfrutarse en crudo. Si te apetece probar esto último, el proceso es sencillo; tras seguir el mismo proceso de limpieza y deshojado, solo tendremos que saborearlas. Eso sí, podemos consumirlas enteras o cortarlas, en tiras o en mitades.

Así que ya sabes cómo se cocina una alcachofa y como limpiarlas para que no se oxiden, ¡solo te queda disfrutarlas de la forma que más te gusten!